La inteligencia artificial está entrando rápidamente en los procesos empresariales. Pero muchas organizaciones están intentando orquestar IA sobre estructuras que no están preparadas.
Orquestar implica coordinar personas, reglas, decisiones, sistemas y ahora también agentes de IA dentro de un flujo coherente.
Sin una base clara, la IA se convierte en un punto más de fricción.
Las empresas listas para orquestar con IA tienen procesos estables, criterios explícitos y una capa clara de gobierno operativo.
Esto no elimina la complejidad, pero la hace manejable.
La IA funciona mejor cuando el proceso ya tiene sentido.