Durante décadas, la productividad se midió con indicadores como horas trabajadas, número de tareas realizadas o volumen de producción. Sin embargo, en la era digital, estos indicadores se han quedado cortos. No reflejan el valor real que las personas y equipos generan en un entorno donde la automatización, la colaboración digital y la innovación son el motor del crecimiento.
Hoy medir la productividad digital requiere un cambio de perspectiva: evaluar no solo cuánto hacemos, sino cómo y con qué impacto.
En un entorno digital:
En otras palabras: podemos estar “haciendo más” sin necesariamente estar “logrando más”.
Algunas métricas que permiten una visión más real son:
La automatización no solo reduce costos, también transforma la manera de medir la productividad. Un proceso automatizado libera horas de trabajo que pueden destinarse a actividades estratégicas: innovación, desarrollo de nuevas oportunidades y creación de valor.
Esto significa que la productividad digital debe evaluarse no solo en función de la eficiencia, sino también en cómo permite a las personas enfocarse en lo que realmente importa.
Un área de Recursos Humanos puede pasar de medir productividad por “número de hojas de vida procesadas” a medir:
Medir la productividad en la era digital exige un cambio de mentalidad. Ya no se trata de contar horas o tareas, sino de valorar la innovación, la agilidad y el impacto real en clientes y colaboradores.
En AF creemos que la productividad digital es, ante todo, un medio para facilitar la vida de las personas y las empresas. Y eso se logra midiendo lo que realmente importa.