Durante años, las empresas han usado el BPM (Business Process Management) para modelar, optimizar y controlar procesos. En paralelo, RPA (Robotic Process Automation) se consolidó como la tecnología para automatizar tareas repetitivas. Ahora, la verdadera revolución llega al integrar ambos enfoques.
La fusión de BPM y RPA no es una moda: es el nuevo estándar de la gestión empresarial.
El BPM proporciona el marco para diseñar procesos claros, medir su desempeño y asegurar que estén alineados con la estrategia. Permite responder preguntas como: ¿qué pasos sigue este flujo?, ¿dónde están los cuellos de botella?, ¿qué KPIs lo miden?
El RPA ejecuta de manera automática las tareas definidas, liberando tiempo humano. Conciliaciones, validaciones, transferencias de datos: todas esas acciones rutinarias son perfectas para robots.
Juntos, BPM y RPA crean procesos que no solo están bien diseñados, sino también ejecutados automáticamente. Es la diferencia entre tener el mapa y contar además con el vehículo que te lleva al destino.
El futuro de la gestión empresarial no es elegir entre BPM o RPA. Es aprovecharlos juntos. Y en AF sabemos que este enfoque es clave para facilitar la vida de las empresas y sus equipos, construyendo organizaciones más ágiles y competitivas.