Rediseñar un proceso no debería tomar meses ni convertirse en un ejercicio teórico. En 2026, las empresas más eficientes aplican una metodología práctica que permite acelerar rediseños y evitar bloqueos: las 4 capas del proceso.
Define el proceso sin variaciones. ¿Qué debe ocurrir para generar valor?
Condiciones, excepciones y decisiones que afectan el flujo.
Quién interviene, cuándo y cómo.
Qué herramientas soportan el proceso.
Permite rediseñar procesos rápidamente sin perder profundidad. Evita discusiones innecesarias. Genera entregables claros para automatización posterior.